Hoy he visto como el sol salia sobre el mar rojo, tras la cordillera de montanhas desiertas que es a la vez tres paises, Egipto, Israel y Jordania. Al final tuve la suerte (la desgracia, segun se mire) de poder ver el amanecer desde el lado israeli de la frontera.
Sin demasiadas preguntas, sin registros, sin dudas sobre mi historia inventada explicada con la mejor de mis sonrisas. Aunque digo desgracia porque en cuanto me subi al bus que me traeria a Jerusalen, me encontre con que tenia por companhero a un fusil que se me clavaba desde atras en el respaldo del asiento. Que hi farem, a los soldaditos de plomo les encanta sentarse en grupo al final del autobus, y colocan sus juguetitos donde mejor caben. Quiza hubiera preferido volver al bus egipcio que me trajo de Cairo hasta la frontera, viaje nocturno a ritmo de Coran a todo volumen.
Pero ya estoy aqui, en mi querida Al Quds, Jerusalen, tras un anho de ausencia. Poco a poco ire descubriendo las cosas que han cambiado, seguro que demasiadas, es lo que tiene Palestina... De momento ya he visto unas cuantas en mis pocas horas en la ciudad.
Me encantan los viajes multidimensionales. Aquellos en los que el avion no solo te ha transportado a kilometros de distancia, sino tambien a una dimension diferente. Creo que este viaje esta cumpliendo mis expectativas con creces. Primera parada, Praga. Hacia anhos que no estaba alli, y de repente, callejeando, me di de bruces con el cafe Pushkin, y de repente era diciembre del anho 2000, y Praga estaba cubierta de nieve, y alli nos metimos Annalisa, Joan (mis companheros de priso en Cracovia) y yo para huir del frio y del viento. Viaje en el tiempo.
Por Cairo viaje en la mejor de las companhias, y, aunque todavia no acabo de comprender el por que, sigo completamente seducida por esa ciudad caotica y llena de vida. Quiza deba compartir mis impresiones con Clementina... y a lo mejor ella me acaba de convencer (aunque no creo que necesite insistir mucho) para seguir adelante con el descabellado plan ideado con Elena... ya os daremos mas detalles... Vuelta a la naturaleza impulsiva, creo que de nuevo toca llevar a cabo uno de esos planes que se hacen mas con el corazon que con la cabeza, pero que tan buen resultado me han dado siempre...
Hoy Jerusalen, Elena, de verdad los muecines de aqui cantan mejor que los egipcios, supongo que para no romper la espiritualidad de la ciudad. Saborear uno de esos melocotones palestinos que saben a gloria (me matariais si os cuento que ni me acorde de lavarlo, despues de todos los consejos alimenticios viajeros!), el olor a zaatar y a cafe con cardamomo del mercado, aspirado con todas mis fuerzas, deambular por las callejuelas de la ciudad antigua y que el olor a incienso me guie por el barrio cristiano hasta el santo sepulcro... Viaje de los sentidos. Espiritualidad rota por los soldados que se pasean por la calle con su mirada de superioridad tallada en el gesto...
Creo que en este viaje toca reencuentro, con mi querida Palestina, con el arabe poco a poco descifrable que me llena los oidos desde hace unos dias, con los impulsos de cambio aletargados en la busqueda de camino por donde tirar a mi vuelta a Barcelona de hace un anho. Y ahora la mochila se me va llenando poco a poco de nuevas ilusiones e ideas.
Os deseo lo mismo en vuestros viajes... un beso enorme desde la ciudad de la mezquita que brilla